TIEMPO (relato ganador del mes de junio). Juan Luis González Tardío
Miró a los ojos al hombrecillo y musitó: lo siento. Unos segundos antes había propinado una patada al bote donde los transeúntes dejaban alguna calderilla, sembrando la acera de monedas cobrizas, acompañada de un escupitajo directamente a los raídos pantalones. De su aspecto no se podía esperar otra cosa…. rapado al cero, con cresta mohicana, de negro integral, cadenas colgando y unas enormes botas militares. La cruz gamada en la espalda del chaleco, que dejaba ver un bate de béisbol colgando del cinto. El hombrecillo, levantando levemente la cabeza, casi como pidiendo perdón, solo había susurrado desde el umbral de la iglesia: “Yo era igual que tú”.
UN AÑO DESPUÉS (relato finalista). María José Calero González.
“Miró a los ojos al hombrecillo y musitó: Lo siento”. La muchacha cogió aire y continuó: “tienes que irte, tú y todos los demás, no podéis quedaros aquí por más tiempo. El Príncipe está molesto y yo…
– Pues creo que el Príncipe debería estarnos agradecidos, si no llega a ser por nosotros nunca te hubiera encontrado. ¿Así es cómo nos lo paga?
– No digas tonterías, os ha dado la concesión de la mina que explotábais sin el permiso real y ha reformado la casa, ahora tenéis una habitación para cada uno. ¿No es hora de que regreséis?
– No se puede comparar nuestra humilde casa con este maravilloso palacio, allí sólo podemos trabajar, no hay ningún entretenimiento, ni bailarinas, ni cómicos. No puedes quitarnos esos privilegios sin más.
– ¡Ojalá me hubiera comido entera esa manzana! – dijo Blancanieves.
PROBLEMAS DE COMUNICACIÓN (relato finalista). Miguel Bravo Vadillo.
Miró a los ojos al hombrecillo y musitó: Lo siento. A la mujer no le había resultado difícil atarlo de pies y manos a la butaca de su despacho, pues lo había hecho bajo la promesa de un juego erótico al que sabía que su marido no opondría la menor resistencia. Sin embargo, el rostro de Gabriel cambió de súbito cuando Sara comenzó a hablar; y sospechó que aquello no iba a ser todo lo placentero que él imaginara. Para entonces ya tenía un esparadrapo en la boca, y ni siquiera pudo protestar.
–Siento que hayamos tenido que llegar a esto –continuó–, pero ahora no te queda más remedio que escucharme.
El Certamen Relatos en Cadena continúa durante los meses de julio y agosto.
Consulta las bases en este enlace.